Se cayó el internet. Me hierve la cabeza. Miro el modem con rabia. ¿Esto es 5G? Hago speed test. No puedo trabajar. Odio el internet.
Sin más que hacer, abro este libro. Primera frase: Ponerse bravo con cosas que no están vivas, que no sienten, es característica de un loco. De un demente.
Ahora me rio solo. ¿Estoy loco? Risa burlona. Burlándome de mi. Tengo HUEVO. Es el internet que me está fallando un segundo por primera vez en el año y estoy histérico? Que tan barata vendo mi tranquilidad.
La ira es el peor demonio de todos. Se apodera de ti, te convierte en otra persona y te hacer hacer lo que nunca imaginaste.
Este libro te va a enseñar primero, a no ponerte bravo. Segundo, a parar la rabia apenas aparece. Tercero, a ayudar a personas esclavas de su genio.
Y como siempre, los mejores profesores para la vida, los filósofos de hace miles de años.
El libro son las enseñanzas que nos dejó Seneca en su ensayo De Ira, en una época donde un ataque de rabia del emperador significaba tu muerte.
No solo vas a vivir mejor después de leerlo, te vas a entretener leyéndolo, admirando su elocuencia, estremecido con sus historias.
Algunas joyas que me llevo a ver si te antojas:
No hay prueba más grande de grandeza como que nada que pueda pasar, te provoque.
Aplazar es el remedio más grande a la ira. Un castigo siempre se puede poner, así sea tarde, pero no se puede quitar, una vez impuesto.
Nos descompone que no pasen cosas injustas, que no merecemos, que no esperábamos. Vuelven las expectativas al juego. ¿Y si esperamos todo? Y si no merecemos nada?
¿Qué tan fuerte eres? Porque sólo las cosas débiles piensan que están siendo heridas si las tocan.
Yo un debilucho, el internet fue suficiente. Peor aún, al día después estuvo fallando la alarma del carro del vecino todo el día y casi se lo cojo a patadas.
Que tan difícil es entrenar la mente. ¿Pero hay un reto que valga más la pena?