En resumen, sin importar el dominio, los más exitosos tenían una especie de determinación feroz que se desarrollaba de dos maneras.
Primero, estos ejemplares fueron excepcionalmente resistentes y trabajadores.
En segundo lugar, sabían de una manera muy, muy profunda qué era lo que querían. No solo tenían determinación, tenían dirección.
Fue esta combinación de pasión y perseverancia lo que hizo especiales a los grandes triunfadores.
En una palabra, tenían agallas. Tenían GRIT.
Me atrevo a decir que sin grit, es imposible emprender.
Por definición, la vida de un emprendedor es superar obstáculos. El único que aguanta tanto palo es el que tiene grit.